champagne, party, alcohol

Una Despedida de Soltera por Madrid en un Dia

Pues sí, mis amigas comienzan a casarse. He llegado a la edad en que los niños están a la vuelta de la esquina y las bodas en el orden del día. Por supuesto, celebrar la boda sin antes celebrar la despedida de soltera sería como dejar escapar la mitad de la fiesta. Por eso, este pasado fin de semana nos lanzamos por las calles de Madrid ocho amigas para vivir un día que se ha convertido en memorable.

Pre – Despedida

Disfraz Despedida Soltera

La fecha

Compramos hace tan sólo dos semanas el billete de avión que trajera a nuestra amiga de Toulouse a Madrid, una aventura épica con discusiones a tutiplén para intentar fijar cuál era la mejor fecha. ¿Qué pasó al final? Nos gastamos una pasta en un billete a tan sólo una semana de la fecha, ¡menos mal que repartíamos el regalo entre todas!

El disfraz

 Una vez comprado el billete llega el momento de la confusión, ¿cómo disfrazamos a la novia? Por suerte, tenemos una novia con una historia a sus espaldas que merece ser contada y da mucho juego para pensar en una temática. Ha vivido en tres países diferentes y visitado los lugares más insólitos y espectaculares del planeta. Desde Nueva York, pasando por Tailandia hasta la clásica Viena.

Nacida en Rumanía, conoció a su actual pareja, de nacionalidad argentina, en Barcelona mientras vivía en Cáceres. Él es árbitro, ella médico.

El mejor disfraz para ella era sin duda vestirla del personaje por excelencia de Argentina y profesional del balón, ¡Maradona!

Así la recibimos, pancarta en mano, camiseta de la selección, gorra, bandera nacional y por supuesto, una buena peluca estilo afro.

La Despedida

Por la mañana

Gymkana Despedida Madrid

Aterrizada a 14:45h del sábado pusimos rumbo a las cañas, ¡algunas llevábamos más de un año sin verla! Tomamos unas raciones en la Taberna La Buha, enfrente del Mercado de la Cebada en pleno barrio de la Latina, ¡no hay sitio mejor de cañeo! Increíble por cierto la cantidad de despedidas que había por metro cuadrado.

Nos cruzamos y coincidimos con al menos 20 despedidas en un solo día

Una tortilla rellena de cebolla caramelizada, una carrillera y unas croquetas ibéricas y de boletus junto con unas cuantas cervezas fueron los ingredientes perfectos para llenar la panza y lanzarnos a las calles de Madrid. Desde La Latina bajamos a Plaza de España donde comenzamos una minigymkana para grupos por el centro.

Por la tarde

Despedida de soltera en Madrid

¿A ti te gusta la gasolina? Esta era la frase clave con que la novia adivinó, ¡por pura suerte! quien era nuestra animadora, escondida entre los puestos de Plaza de España. Vestida de árbitro nos sometió al primer calentamiento de la tarde (aunque ya íbamos bastante calentitas): una torre humana con la novia encima.

Nos pusimos nombres de lo más ridículos que ya se quedaron como nuestros motes para todo el día (el mío era Percebe) y tras entonar un grito de guerra, nos dividimos en dos equipos y comenzamos a buscar el mayor número de besos posibles entre las jovencitas de la Plaza. El objetivo de la gymkana consistía en conseguir el mayor número de puntos ganando las pruebas, a veces en equipo, otras en parejas y otras individuales.

La novia, la pobre, recibió placajes, le preguntaron si su pelo era natural, se hizo una foto para las redes sociales y consiguió una servilleta con dedicatoria,

Todo ello vestida de Maradona, ¡como una campeona!

Hasta hubo alguno que nos confundió con argentinas de verdad. Comimos una chuchería sin manos, hicimos una carrera de relevos acertando preguntas sobre la novia (ahí sí que era malísima), conseguimos hacer trueque entre los transeúntes, vestirnos de fiesta colándonos en tiendas y freír un huevo frito gracias a la amabilidad de los hosteleros madrileños. La animadora mientras tanto se escabullía del grupo y la volvíamos a encontrar gracias a las pistas que nos chivaba antes de irse.

Por la noche

La noche cayó cuando nos metimos al bar para reponer fuerzas. En este caso le tocó el turno al clásico Los Amigos, cerca de Callao, donde los chupitos de Jägermeister nos pusieron a tono de nuevo.

Cenamos en el Gaú&Café, uno de los sitios de moda y con menú para grupos a precio asequible. El único punto negativo estuvo en el tiempo. La lluvia no nos permitió disfrutar de las increíbles vistas desde su azotea, una de las más bonitas de la capital. Barra libre de vino y cerveza acompañada de unos entrantes de lujo: humus, barquillos de foie, berenjenas y calabacines. Una ensalada de tabulé nos dejó llenas y el Gau Cus de Cordero (Cus-Cus) y el Bacalao remataron la faena. Bueno no, más bien la remató la tabla de postres que nos sirvieron al final junto con el café.

No lo pensamos ni un momento, el lugar para bajar la cena y echar unos bailoteos era sin duda alguna la Morocco, donde los temazos de los ochenta suenan sin parar. Por lo menos había tres despedidas más dándolo todo, y nosotras no podíamos ser menos.

A las 06:00h decidimos que era una buena hora para irse a dormir. A las 11:45h del domingo nuestra amiga ya estaba de nuevo rumbo a Toulouse, hasta nuestro reencuentro en Rumanía, donde se celebrará la boda, pero eso es otra historia.

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