Erasmus Party: Mi Primera Fiesta Internacional

Música, suelos de madera pegajosos, alcohol, chicas moviendo las caderas y chicos intentado seguirles el ritmo, grupos de jóvenes coreando las letras, vasos de chupitos vacíos, luces verdes, azules y moradas… De primeras este ambiente no suena nada distinto al que me podría haber encontrado en Madrid. La diferencia más obvia: el idioma. La comunicación es un aspecto importante en este tipo de socialización y el tener unas copas de más ayuda a muchos a perder la vergüenza a equivocarse o no ser entendido en inglés. Muchos incluso pensarán que hablan mejor, pero es solo una sensación.

Se habla en inglés y canta en inglés. En algún momento de la noche puede que suenen hits como “Yo soy tu gatita”, “Suavemente bésame” o “Una vaina loca” y se escucharán las voces de los hablantes de español repitiendo la letra como si un hubiese mañana 

En Groningen, ciudad donde un 25% de la población es de estudiantes, según la revista digital I am expat, la vida nocturna está asegurada. De miércoles a sábado el centro de la ciudad se llena de locales e internacionales entrando y saliendo de los bares. En mi primera salida internacional, hice una ruta rítmica con el grupo de Erasmus Student Network (ESN).

Erasmus Student Network realiza actividades para estudiantes internacionales durante todo el año que posibilitan conocer a muchas personas interesantes con distintos estudios y bagajes 

Volviendo a los bares, en Groningen hay bastantes lugares donde disfrutar bailando y/o conversando con los amigos. El primero al que fui a parar esa noche fue Drie Gezusters en la plaza de Grote Markt. Un bar de escaleras y otros 20 bares en su interior que lo convierten en el bar más grande de Europa, según la revista digital Groningen Life. Sin embargo, pese a ser el bar más grande de Europa, no es el más barato y la cerveza no baja de los 2,50 euros.

La segunda parada con precios más bajos para los cerveceros fue Golden Fust, en Poelestraat. Muchos jóvenes pasan sus noches en este pequeño y acogedor pub donde suenan canciones de los años 70 hasta la actualidad.

Holandés, inglés y español son los idiomas más comunes una vez el reloj alcanza las 2 de la madrugada y los visitantes se animan a cantar 

Después de corear dos o tres veces la misma retahíla de palabras de “Salsa, tequila, corazón”, el lugar se vuelve demasiado saturado de cuerpos sudorosos y manchas de cerveza en las camisas, es tiempo de cambiar de bar.

El ambiente de la noche quedó resumido en sonrisas nuevas, miradas desconocidas, bailes abriendo espacio entre la multitud y un entrañable recuerdo para todos. 

La última parada de esa primera noche de Erasmus Party tan cosmopolita fue en Snow Valley en Peperstraat, o calle de los Pimientos si hacemos la traducción al español. Unas empinadas e inseguras escaleras abren el acceso al colorido escenario de luces, chupitos y columnas de madera. Una primera salida internacional de muchas otras que quedan para recordar de esta experiencia Erasmus.

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